miércoles, 2 de marzo de 2011

El generoso ladrón Juan Sebastián Verón

La ruptura

En una tarde  del verano italiano del 2006  tiene lugar en un elegante barrio milanés el encuentro entre el presidente y dueño del Football Club Internazionale Milano, el magnate petrolero Massimo Moratti, y  Juan Sebastían Verón con el propósito de tratar la extensión del lazo contractual entre el futbolista y la institución.

La simpatía que el millonario profesaba por el player hizo que la oferta fuese generosa. La respuesta fue sorpresivamente negativa.

A la salida de la  reunión Moratti intenta, sin mayor éxito, contener la emoción frente a sus colaboradores. Interrogado por el motivo de sus lágrimas, confiesa:

"Sebastián es una persona maravillosa, de las que ya no hay. Le he ofrecido mucho dinero para que se quede, pero él prefirio privilegiar sus sentimientos y volver al Club que lo vio nacer para saquearlo"

Ante tal revelación, los presentes se unieron a su jefe en el llanto.


El regreso

Varias semanas y el Océano Atlántico separaron la despedida europea de la presentación del ídolo ante su público.

En la conferencia ante los periodistas, Verón declara

"Yo podría haberme quedado viviendo en Europa, rodeado de lujo, con un contrato varias veces millonario en euros. Sin embargo preferí volver a mi casa, a mi Club, al lugar que amo. Aca me necesitan, acá hay mucho por robar"

Esta vez, la emoción fue sudamericana


La tentación


Los días argentinos de la Brujita transcurrían plácidamente. Las vueltas olímpicas, los triunfos clásicos y algunos vueltos que iban a parar a sus bolsillos se alternaban armónicamente.

Entonces, desde el norte, llegó una oferta inmensa para que la figura de Estudiantes de La Plata se moje la espalda y emigre a la Major League Soccer

Los veinte millones de dolares no fueron suficientes

"Es realmente una fortuna la que me ofrecen.Pero yo estoy donde quiero estar, donde mi padre me enseño desde chiquito a robar. Donde algún día espero que roben mis hijos. No es el dinero lo que me motiva, no soy codicioso. Yo quiero seguir robándola acá, en mi casa"


De micros y lácteos 

Muchos recuerdan con admiración el momento en que Verón donó un micro para las inferiores. Al día siguiente, al vehículo le habían robado dos ruedas. Nadie se sorprendió cuando apareció la Bruja en el entrenamiento, con el 11 en la espalda y las manos negras...

O cuando los pibes de la sexta lo descubrieron en la cocina del demo a las tres de la mañana, llevándose furtivamente un yogurt que antes les había regalado.


Epílogo 

Esta es la curiosa historia de Juan Sebastíán Verón, el generoso ladrón que despreció el dinero para robar en su Club.